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#Workerssegurisur: José Antonio Padilla | La historia de un técnico de seguridad que lo dio todo…

 

Hoy en nuestra sección de #workerssegurisur decimos adiós a un técnico de seguridad. Con una trayectoria ejemplar, llega el momento de despedir —al menos laboralmente— a uno de los técnicos que más tiempo lleva trabajando en Segurisur: comprometido, apasionado y respetado por sus compañeros. José Antonio Padilla es hora de tu jubilación.

 

Su historia es la de alguien que no solo entendía los sistemas, sino también a las personas. Un profesional que, con esfuerzo, curiosidad y vocación, ha dejado una huella imborrable entre compañeros, clientes y dirección.

Hoy, más que una jubilación, celebramos un legado.

1. Antonio, cuéntanos un poco sobre cómo comenzó tu trayectoria en Segurisur. ¿Recuerdas tu primer día?

Claro que lo recuerdo. No había ningún técnico cubriendo la zona oeste, así que trajeron al técnico Carlos Moreno —hoy ya jubilado— y ese primer día me pusieron con él para que aprendiera cómo funcionaba el sistema de trabajo en Segurisur. La jornada fue poco fructífera. Me enseñó lo justo, con pocas ganas, y me dejaba solo en algunos clientes sin conocer bien los sistemas. Aun así, me apañé como pude gracias a mis conocimientos previos. Más que una bienvenida, parecía que intentaba quitarme las ganas de trabajar allí. Fue una jornada larguísima, de unas 10 u 11 horas sin parar ni para comer. Me pareció raro su comportamiento, pero con el tiempo entendí cómo era realmente y desarrollamos una bonita amistad. Nunca le tomé a mal aquel primer día.

Al día siguiente ya salí solo a trabajar. No conocía bien los sistemas ni la zona. No había navegadores en el móvil, ni siquiera internet. Me ayudé de un mapa físico que conseguí y del apoyo de los patrullas, especialmente Alonso, que conocía muy bien la zona. Desde entonces, siempre he tirado hacia adelante, superando obstáculos y buscando dejar el trabajo bien hecho y a los clientes satisfechos.

2. ¿Cuántos años has trabajado en la empresa y cómo crees que ha evolucionado el sector de la seguridad en este tiempo?

Casi 24 años ya, desde noviembre de 2001. El sector ha evolucionado mucho, sobre todo a nivel técnico. Hoy en día los sistemas se programan con facilidad, incluso desde una app móvil, como ocurre con AJAX, o con menús muy intuitivos como los de las centrales Lightsys de Risco. Antes todo era mucho más complejo: programación con códigos numéricos, incluso binarios. Sin manuales estabas perdido.

Yo iba siempre con varias carpetas llenas de manuales en la furgoneta: de Ademco, JR System, Casmar, Powermax de Visonic… tanto de instalador como de usuario. Hoy en día no hace falta nada de eso. Todo está mejor pensado para el técnico y también para el usuario. Las apps han cambiado la forma en que los clientes interactúan con sus sistemas de seguridad.

3. A lo largo de tu carrera, ¿cuál ha sido el mayor reto al que te has enfrentado?

He tenido muchos, y me encantan los retos. Lo rutinario, como cambiar pilas de detectores, siempre me ha aburrido. Pero cuando aparece una avería rara, complicada, ahí es donde realmente disfruto. Con los años, solo con ver la avería, ya sabía qué pasaba. Ese tipo de experiencia no se estudia, se gana con el tiempo.Pero si me tengo que quedar con un reto constante, es el de salir de la casa del cliente viendo que está satisfecho con mi trabajo. Esa sensación de despedirte y saber que le dejas tranquilo y contento no tiene precio. Es lo que siempre he buscado.

4. ¿Tienes alguna anécdota curiosa o divertida que te haya marcado?

Seguro que sí, pero ahora mismo no recuerdo muchas con detalle. Algunas veces me tocó ir solo a casas grandes y vacías con llaves. Casas antiguas, oscuras, donde solo tenía la linterna del móvil. Se oían ruidos, y tenía que hacerme el valiente para buscar la avería (risas).

Una que sí recuerdo fue cuando me caí de una escalera, desde unos dos metros de altura. Caí de cabeza, pero extendí el brazo y acabé con una luxación de codo. El hueso se salió y hasta sangraba. Con mucho dolor, me coloqué el brazo yo solo y llamé para pedir ayuda. Lo pasé fatal, aunque hoy lo cuento como una anécdota más de la vida laboral.

5. ¿Qué es lo que más has disfrutado de trabajar en Segurisur y en el sector de la seguridad?

Trabajar, por necesidad, lo hacemos todos. Pero lo importante es trabajar en algo que te guste, que te motive. Yo disfruto con lo que hago. Siempre quise entrar en una empresa de seguridad, y cuando lo logré, sentí que ese era mi sitio. A veces hay tareas más aburridas, pero cuando se presenta un reto, y lo superas, es muy gratificante.

Este trabajo no se aprende en una escuela o universidad. Se necesita experiencia, tocar los sistemas una y otra vez, estudiar los manuales. En mi caso, no tuve a nadie que me enseñara de inicio, así que aprendí a base de práctica y dedicación. He disfrutado mucho a pesar de todo.

6. Los compañeros hablan de ti con respeto y cariño. ¿Cómo te gustaría que te recordaran en la empresa?

Siempre he tratado con respeto a todos mis compañeros, y me he sentido respetado. Mi trabajo me ha llevado a estar mucho tiempo solo, en la furgoneta, y a veces ha sido algo solitario. Pero cada vez que me tocaba trabajar acompañado, lo disfrutaba. En los trayectos hablábamos, conocías mejor a la persona, y eso me encantaba.

Me hubiera gustado compartir más momentos con mis compañeros. Pero sé que, aunque no me veían a diario, me recordarán con respeto y cariño. Y eso para mí es suficiente.

7. ¿Qué consejo darías a las nuevas generaciones de profesionales de la seguridad?

Hoy día es todo mucho más fácil a nivel técnico, así que mi consejo no va por ahí. Lo que sí puedo compartir es mi experiencia sobre cómo tratar al cliente. Saber escuchar, adaptarte al momento, al entorno. Ser como un camaleón. Eso marca la diferencia.

Muchos clientes me han dicho que les he convencido para no cambiar de empresa, porque les transmitía confianza. Y esa es la clave: hacer que el cliente se sienta seguro, cómodo contigo en su casa. Eso es tan importante como saber instalar o reparar una alarma.

8. El mundo de la seguridad cambia constantemente con la tecnología. ¿Cómo has vivido esa transformación en tu día a día?

Buf, y tanto que cambia, ¡y muy rápido! La tecnología avanza a pasos agigantados en todos los aspectos, y en la seguridad también. En mi opinión, para mejor. Desde joven me ha fascinado todo lo relacionado con la tecnología, siempre ha sido una de mis grandes pasiones.

Una de las cosas que más me apena pensar, cuando me toque marcharme a «otro barrio», es no poder seguir viendo su evolución, sobre todo ahora que estamos empezando con la inteligencia artificial. Estoy seguro de que se implantará aún más en el sector de la seguridad. Llegaremos a ver detectores inteligentes con cámaras capaces de reconocer todo tipo de objetos, personas y comportamientos, gracias a microprocesadores que almacenarán toda esa información. Serán capaces de identificar a los miembros de la unidad familiar y detectar a quien no pertenece, interpretando incluso su comportamiento.

Ya hay algo de esto en cámaras, aunque en detectores aún se ha implantado poco. Pero llegará, y será algo común y accesible. No sé si llegaré a verlo del todo, pero puede que sí, porque esto avanza muy, muy deprisa.

9. Si pudieras volver atrás en el tiempo, ¿hay algo que harías de manera diferente en tu carrera?

¡Claro! ¿Quién no ha deseado alguna vez retroceder y hacer las cosas de otra forma? Si hubiese podido, habría seguido estudiando más sobre lo que realmente me gustaba, e intentado llegar más lejos profesionalmente. No conformarme solo con ser técnico de averías en una empresa de seguridad, sino haber desarrollado más mis propios proyectos.

Pero la vida te pone caminos delante, eliges uno y sigues adelante. A veces, cuando te das cuenta de que otro camino podría haber sido mejor, ya es tarde para volver atrás. Uno elige lo que cree correcto en ese momento, o simplemente lo que puede.

Hoy, mirando en perspectiva, me siento orgulloso de cómo lo he recorrido. Con errores, sí, pero también con muchas satisfacciones.

10. Ahora que te jubilas, ¿cuáles son tus planes? ¿Tienes algún sueño o proyecto pendiente que te gustaría cumplir?

Pues además de descansar, como todo el mundo cuando se jubila, quiero retomar proyectos que dejé aparcados hace años. Y, por supuesto, volver a mi gran hobby: el aeromodelismo.

Durante muchos años disfruté muchísimo construyendo y volando aviones. Es una sensación difícil de explicar, solo quien siente esa pasión lo entiende. Montarlos, instalar el motor adecuado, la electrónica, configurarlo todo desde la emisora… y luego verlo volar. Es impresionante.

Lo dejé por problemas personales, pero ahora tengo ilusión y, sobre todo, tiempo para retomarlo. También tengo otros planes en mente. Lo bueno de esta etapa es precisamente eso: disponer del tiempo para disfrutarlo.

11. ¿Qué mensaje te gustaría dejar a tus compañeros y a la dirección de Segurisur en este momento tan especial?

Bueno… a mis compañeros les diría: “¡Ahí os quedáis!”, jajaja. No, en serio… Ha sido un placer conocerlos y trabajar con ellos. Todos han sido grandes compañeros y hoy los considero amigos. Siempre ha habido compañerismo, ayuda y muy buen ambiente, y eso no se olvida.

Aunque ya no esté en la empresa, si en algún momento necesitan mi ayuda para lo que sea, pueden contar conmigo. Sin duda, los echaré de menos.

Y en cuanto a Fede y Jesica, ha sido también un placer trabajar para ellos. Y, por supuesto, tengo un recuerdo muy especial para su padre, Federico Sánchez, un gran profesional al que eché mucho de menos desde su marcha. Sus hijos han sabido continuar su legado con profesionalidad, y me alegra haber formado parte de este equipo.

12. Por último, si tuvieras que describir tu etapa en Segurisur en una sola palabra, ¿cuál sería y por qué?

Difícil describirla con una sola palabra, porque ha sido una etapa con muchas fases, llena de altibajos. Supongo que como la de cualquiera. Ha ido cambiando con los años.

Al principio fue dura. Yo era el único técnico de averías en la zona, y encima me tocaban sistemas que no conocía. Era complicado trabajar sin conocer bien los equipos, y a la vez dejar al cliente satisfecho y demostrarle a la empresa que cumplías con tu trabajo. Todo lo hacía solo, incluso averías que hoy requerirían dos técnicos, antes las hacía yo sin ayuda. Pero salí adelante, incluso antes de lo que imaginaba.

Después llegaron otras etapas, con sus momentos buenos y malos, que me ayudaron a crecer tanto profesional como personalmente. En este trabajo he llegado a la meta. He terminado mi carrera laboral. Y al mirar atrás, aunque me dé vértigo pensar en todo lo vivido, también siento orgullo.

He hecho lo que me gustaba, me he esforzado siempre, y creo que he sido un buen profesional. Solo espero que la gente que me ha conocido en este camino piense lo mismo.

F.Vargas
F.Vargas